Quieres poner en marcha tu empresa y no quieres hacerlo como empresario a título individual, sino que prefieres que esto suceda en forma de sociedad. En ese caso, es importante que tengas muy claro cuáles son los tipos de sociedades mercantiles que tienes como opciones para poder elegir la que se ajuste mejor a tus necesidades, de esta manera, podrás decantarte por la que te pueda resultar más beneficiosa para tu futuro proyecto.
A continuación te vamos a dar a conocer dos de las sociedades de esa clase que existen en nuestro país. Toma nota:
Sociedad de responsabilidad limitada
Bajo las siglas S.R.L o S.L. se encuentra también esta sociedad que está considerada como la más habitual en España, ya que es utilizada incluso por pequeños autónomos.
Su principal seña de identidad es que quien la pone en marcha no tiene que responder con su patrimonio personal a las deudas de la empresa, en este caso, la responsabilidad viene a estar limitada al capital que aportó para crearla.
También resulta interesante que los socios pueden ser socios capitalistas o socios trabajadores o que la responsabilidad de esos es de forma solidaria y limitada al capital aportado. Para poner en marcha una S.L. se requiere un mínimo de 3.000 euros así como disponer de una escritura pública ante notario y unos estatutos que deben presentarse ante el Registro Mercantil.
Esa responsabilidad limitada, que pueda existir un único socio en la sociedad, que el capital que se necesita para ponerse en funcionamiento es relativamente pequeño o que sus trámites de creación son sencillos son algunas de las ventajas que tiene este tipo de sociedad. De ahí que, como hemos mencionado anteriormente, se haya convertido en la más creada en nuestro país.
Por el contrario, los inconvenientes que presenta son que su constitución requiere al menos de 40 días o que sus participaciones no se pueden hacer transmisibles con demasiada facilidad.
Sociedad anónima
Además de la mencionada sociedad de responsabilidad limitada, también la opción de la sociedad anónima o S.A. Esta es la segunda sociedad mercantil más creada en España.
De la misma podemos destacar que tiene la particularidad de que su capital se divide en acciones que, al contrario que la anterior, se pueden transmitir sin ninguna dificultad. No obstante, tampoco hay que pasar por alto que puede tener una gran variedad de socios y que para ponerla en marcha se requiere contar con un mínimo de 60.000 euros.
A todo eso hay que añadir que puede funcionar como persona jurídica, que la responsabilidad de cada socio es proporcional al capital aportado y que para ponerla en funcionamiento también hay que contar con un socio al menos.
En lo que respecta a sus ventajas, podemos mencionar que estas son las más significativas:
Como hemos mencionado, la transmisión de las acciones es fácil.
Se puede contar con un número amplio de socios.
Puede cotizar en bolsa.
La responsabilidad de los socios es limitada, que suele ser una de las características más interesantes de estas sociedades.
De la misma manera, también es importante tener claros cuáles son los inconvenientes o debilidades que tienen las S.A, en pro de decidir cuál es la sociedad mercantil que interesa poner en marcha. Entre lo más destacado que puede estar en contra de decidirse por una sociedad anónima podemos citar:
Su puesta en funcionamiento requiere una cantidad más elevada que en el caso de la sociedad de responsabilidad limitada.
Tanto los trámites de la constitución de la sociedad como incluso su funcionamiento son más complejos que en el caso del primer tipo de sociedad.
El hecho de que las acciones puedan ser transmisibles con facilidad trae consigo como desventaja que no se puede tener demasiado control sobre las personas que se convierten en socios. Es decir, que pueden acceder a ser socios individuos ajenos a la compañía que tal vez no desearíamos que formasen parte de ese proyecto.
A grandes rasgos, estos son los dos tipos de sociedades mercantiles más importantes que existen en nuestro país y que deben ser tenidos en cuenta, en toda su amplitud, para poder decidir cuál es la mejor que se puede poner en marcha. En un próximo artículo, te daremos a conocer desde Cepresa otros tipos más.
Si lo prefieres, nosotros podemos encargarnos de todo lo necesario para poner en marcha tu sociedad, y te asesoraremos personalmente para seleccionar elegir la que mejor se adapte a tus necesidades. Contacta ahora con nosotros para acordar una cita.
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