Debido a que los conflictos entre herederos son frecuentes no sorprenden las manifestaciones de malestar de los implicados que nunca podían esperar que entre sus familiares surgiesen ese tipo disputas por cuestiones monetarias.
Realmente no todo depende de la buena, o mala, voluntad de quienes reciben la herencia, o de quien decide cómo repartir lo que acumuló a lo largo de su vida, pues como vamos a ver, en ocasiones se presentan situaciones que ponen en un aprieto a todos los implicados. Por esa misma razón, para evitar que la relación entre familiares se degrade de manera poco deseable, es aconsejable que en vida del testador se realice un testamento teniendo en cuenta posibles conflictos que pueden aparecer para plantear la manera más acertada para solucionarlos:
Los proindivisos como fuente de conflictos
Repartir el dinero que se tiene en el banco puede ser una tarea que no reviste ningún tipo de complicación, pues se puede fraccionar el total entre los herederos. Tampoco suele presentarse ningún problema cuando hay que hacer un reparto de ciertos bienes que también se pueden fraccionar, como una colección de libros, mobiliario, etc, pero qué sucede cuando los herederos reciben un bien que no se puede dividir entre ellos. Puede ser el caso de una joya, una vivienda, un vehículo…
Los proindivisos son bienes sobre los que se comparte titularidad, de tal manera que en las herencias esos bienes se van recibir pasando cada heredero a ser propietario parcial de los mismos. Por lo tanto, ningún heredero puede tomar decisiones sobre dicho bien en su totalidad de manera unilateral.
En estos casos lo aconsejable es que los herederos pacten una solución, ya sea que uno de ellos les compre a los demás su parte, o bien que se realice la venta de dicho bien para repartir lo obtenido entre todos ellos. Ahora bien, esto no siempre es posible pues podemos encontrar herederos que tengan una opinión diferente sobre lo que sería deseable hacer. Por ejemplo, una vivienda en la playa puede ser deseada por todos los herederos pero surgiría un conflicto si todos quisieran utilizarla en las mismas fechas.
Si a la hora de realizar el testamento se intuye que ese acuerdo no se va a alcanzar, en la medida que esto sea posible, y que se deseen evitar situaciones de conflicto, sería aconsejable que se vendiese dicho bien en vida del testador.
Pero imaginemos que esto no se tuvo en cuenta a la hora de hacer el testamento. Irremediablemente estamos ante una situación de disputa entre herederos que no se ponen de acuerdo con lo que hay que hacer con el bien que todos han heredado y del que comparten titularidad.
En estos casos se puede recurrir a la vía judicial para encontrar una solución, a ser posible que se llegue a un acuerdo en un acto de conciliación, pero en no pocas ocasiones se han establecidos unas distancias tan grandes entre los herederos que ese acuerdo es casi imposible. De todas maneras la vía judicial, por el interés de todos, siempre es preferible evitarla, antes de que se tenga que subastar el bien.
Hay que tener en cuenta también que cualquier heredero tiene derecho a vender su parte de un proindiviso, así se reconoce en el artículo 400 del Código Civil, pero esto es probable que introduzca más presión y malestar en el resto de herederos. Pues como copropietario puede aparecer una persona poco deseada por todos.
Por lo tanto, hay que prestar especial atención ante los proindivisos que inevitablemente causarán conflictos en familias no muy bien avenidas.
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