La necesidad de un cambio de asesoría no siempre se tiene que deber a un mal servicio recibido. En ocasiones, el proceso de crecimiento de una empresa puede llevarla a tener que realizar una fusión, o puede entrar a formar parte de un grupo de sociedades, o puede iniciar una nueva actividad exportadora, que plantean una serie de nuevas necesidades, por ejemplo, desde el punto de vista fiscal, que pueden desbordar el tipo de servicio que se ofrece en las asesorías menos especializadas.
También puede suceder que ese cambio se deba a claras deficiencias en el servicio. En estos casos casi siempre se ha pasado por alguna situación en la cual la asesoría ha sido causante de un daño económico debido a sanciones o recargos, puede que no se hayan cumplido los plazos con la Agencia Tributaria o que la asesoría demuestre que está siempre al límite de trabajo, y en cualquier caso, el cliente de este tipo de asesorías suele sentirse intranquilo porque sabe que no tardará en llegar un nuevo error.
Sin que importe el motivo por el cual se ha puesto en marcha un empresario para buscar una nueva asesoría es precisamente en este mes de diciembre cuando entramos en un periodo de tiempo que se prolonga hasta finales de enero, en el cual resulta más favorable ese cambio.
¿Por qué en los meses de diciembre-enero es aconsejable empezar la búsqueda de una nueva asesoría?
Evidentemente si la empresa teme el mal servicio de su asesoría actual, cualquier momento del año va a ser bueno para realizar el cambio.
Si esa decisión se lleva aplazando bastante tiempo, entonces también se ha tenido ocasión de investigar en la oferta de diferentes asesorías.
Pero suele ser frecuente que ese tipo de decisiones se aplazan porque al cambio de asesoría causa cierto temor, que realmente está injustificado cuando se ha realizado una correcta elección y cuando la asesoría actual cumple profesionalmente con sus obligaciones.
Si entre estos dos meses, diciembre y enero, realizamos la búsqueda de quienes se van a encargar de los asuntos fiscales, laborales, contables y jurídicos, una vez que se ha cerrado el ejercicio contable del año en curso y llegamos a finales de enero cuando se han presentado las declaraciones propias de ese mes, de tal manera que cualquier error que se haya cometido durante el año se regularizará en esa última declaración (esto es aconsejable que lo realice la asesoría con la que ha trabajado en ese tiempo pues la nueva es posible que se le escapen ese tipo de detalles) habremos hecho posible de esta manera que la nueva asesoría comience con el ejercicio fiscal prácticamente desde el inicio del año, teniendo tiempo suficiente para las obligaciones del primer trimestre.
Si no es posible cambiar de asesoría a comienzos de año, ¿a qué momento hay que esperar?
Sin ninguna duda el mejor momento es el inicio del año, pero si por cualquier circunstancia le termina resultando imposible, lo mejor es que espere a que finalice cualquiera de los trimestres, cuando ya se han presentado las correspondientes declaraciones.
Qué pasos hay que dar para cambiar de asesoría
Realmente son pocos y nada complicados. Debería de avisar, a ser posible por escrito, a la asesoría que cesa en su servicio de la fecha en la que ya no requerirá de sus servicios, y puede dejar en manos de la nueva asesoría que solicite toda la documentación, escrituras, contratos, facturas, nóminas, seguros sociales, contabilidad…
Además la asesoría saliente debería de darse de baja en cualquier autorización que tenga en la Agencia Tributaria para representar a su empresa completando determinados trámites.
En la siguiente página que mencionamos se pueden consultar y revocar los apoderamientos para realizar trámites y actuaciones en materia tributaria en Internet.
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