En varios artículos hemos ido tratando el tema de los despidos, tanto desde el punto de vista del empleador, como de quien padece esa situación. Aunque es un proceso relativamente simple, puede llegar a complicarse de manera notable por diferentes motivos, de tal manera que un despido objetivo, o disciplinario, puede llegar a convertirse en improcedente o nulo.
Por lo tanto, lo que para el trabajador termina con una carta de despido, puede que en realidad tenga un final muy diferente al que se podía suponer en ese momento.
Como ya hemos visto, podemos encontrarnos con errores de forma, que tienen más importancia de la que se le suele dar, pero en esta ocasión queremos recurrir a ejemplos reales que han aparecido en la prensa referentes a despidos que por otros motivos fueron declarados improcedentes.
Vamos a enumerar algunas de esas razones junto a los enlaces a las diferentes noticias:
- Los testimonios de otras personas pueden ser fundamentales para justificar las ausencias. El despido fue declarado improcedente.
- En la carta de despido solo se mencionan vaguedades y en el juicio se demuestra que las razones del despido no son ciertas. La justicia obliga a indemnizar al trabajador y a abonarle el salario que dejó de percibir.
- Declaran improcedentes los despidos de un ERE porque la empresa no ha podido acreditar las causas productivas que intentaban justificar el ERE. El despido colectivo no se ajusta de derecho.
- Se fotografía desnudo en los lavabos de la empresa y lo despiden, pero declaran improcedente el despido porque las fotos se hicieron fuera del horario de trabajo, y porque los baños son un lugar privado. No todas las razones son válidas para despedir a un trabajador.
- Una trabajadora denuncia una situación irregular de su empresa, y es despedida como represalia. La empleada será indemnizada con más de 63.000 euros.
- Un profesor es despedido después de trabajar durante 12 años, sin interrupción, con contratos temporales. El juez declara improcedente el despido al considerar que la contratación temporal fue fraudulenta.
- Despiden de manera disciplinaria a un trabajador por fumar en su puesto de trabajo. La Sala de lo Social del Tribunal Supremo considera que la conducta del trabajador no tiene la gravedad suficiente para justificar un despido disciplinario.
- Un cartero tendrá que ser indemnizado por despido improcedente al considerar el juez que las ausencias de su puesto laboral estaban justificadas debido a su enfermedad. El despido disciplinario termina convirtiéndose en despido improcedente.
- Carta de despido redactada de manera imprecisa y con reproches genéricos hacia la trabajadora. Un despido que inicialmente es considerado procedente pero que termina como improcedente en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
- Un despido es declarado improcedente porque no se informó al trabajador de cómo se realizaba el control del horario de la jornada laboral. Las faltas de puntualidad no acreditaban suficientemente la causa del despido.
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