Sin lugar a dudas, uno de los valores más importantes que tiene cualquier empresa es su plantilla de empleados, pues de ellos dependerá que la misma funcione como un verdadero engranaje, trayendo consigo un sinfín de éxitos y alcanzando los objetivos previstos. No obstante, en ocasiones surgen situaciones que pueden llevar a los directivos, o propietarios, a plantearse el despido de algún trabajador.

En ese caso, es importante que sepan que, aunque sea duro y complicado de hacer, no hay que alargar la decisión de ponerle fin a la relación laboral con ese empleado. No se debe retrasar por varios motivos tales como los siguientes que mencionamos:

  • Cuanto antes se produzca el despido, antes se quitarán de la cabeza esa responsabilidad quienes están al frente de la empresa.

  • Si se tiene claro que el despido tiene que producirse no tiene sentido alargar la decisión porque se estará perdiendo el tiempo de forma innecesaria.

  • En el caso de que esa marcha esté justificada por la actitud y comportamiento del trabajador no se debe retrasar la decisión porque se estará manteniendo una situación que afecta a toda la empresa, es decir, cuanto antes se marche, antes se acabará con el problema.

  • Si el trabajador tiene la sospecha de que va a ser despedido, retrasar la decisión lo único que va a provocar es crearle más angustia y, tal vez, genere una situación más conflictiva.

  • Despedir a un empleado siempre trae consigo efectos colaterales en el trabajo de sus compañeros y en la compañía en general. Por eso, cuanto antes se acometa, antes se podrán tomar las medidas para que nadie se pueda ver perjudicado a ningún nivel.

  • De la misma manera, no hay que alargar la decisión pensando en el propio empleado, es decir, cuanto más se retrase más tiempo estará perdiendo para poder encontrar un nuevo trabajo.

A grandes rasgos, estas son las principales razones para no demorar esa acción que se debe llevar a cabo de la mejor manera, respetando la legislación vigente, y para eso nada mejor que contar con una asesoría como Cepresa.