En nuestro país son muchas las personas que están dadas de altas como autónomas porque han encontrado en esa “figura” la mejor manera para poder labrarse un presente y un futuro profesional. Pues bien, todas esas deben estar al día tanto de los cambios que ha traído consigo la nueva ley de autónomos como determinadas acciones que pueden llevar a cabo en su beneficio. Sí, porque, por ejemplo respecto a eso último, deben de saber que pueden tomar la decisión de cambiar de autónomo a sociedad.
No obstante, se plantearán ¿cuándo es el mejor momento? Pues bien, no se puede decir que exista un instante ideal para realizar ese cambio. Sin embargo, deben de saber que existen determinadas situaciones que son las que animarán a hacerlo y las que vienen a indicar que ese momento es el idóneo.
¿Quieres conocer en qué situaciones puede ser más interesante realizar ese cambio, para pasar de ser autónomo a sociedad? Te las contamos a continuación:
En primer lugar, uno de los hechos que anima irremediablemente a ese cambio es que el autónomo haya conseguido socios, que pueden aportar más capital o su propio trabajo.
Otra de las razones para efectuar ese cambio es que se desee tener mejor reputación o imagen ante los clientes, y es que existe la idea de que una sociedad genera más confianza en los clientes, y ofrece una imagen de más profesionalidad, estabilidad y seguridad. Eso sin pasar por alto que cuando se trata de grandes empresas, por ejemplo, estas suelen confiar más en una sociedad que en un autónomo como tal.
Asimismo, no podemos olvidar que otro motivo para cambiar de autónomo a sociedad limitada es que se desee tener que hacerle frente a una menor carga fiscal. Ahora bien, se considera que para poder notar esa reducción es imprescindible que el autónomo que desee realizar el paso tenga unos beneficios anuales aproximados de 40.000 euros.
De la misma manera, hay que indicar que otra situación que puede motivar el cambio es que se desee tener mayor protección a nivel legal o fiscal, por ejemplo, o proteger lo que es el patrimonio personal. Eso es así pues una sociedad limitada, por ejemplo, cuenta con una protección mayor con respecto al autónomo. Muestra de eso es que mientras el autónomo, ante cualquier circunstancia adversa, tiene que responder con lo que es su citado patrimonio personal, la sociedad, por regla general, lo hace con el capital que se ha aportado a la misma.
También un motivo para hacer ese cambio es querer crecer ampliando negocio o bien diversificándolo, pues al ser sociedad será más fácil ya que se dispondrán de más ventajas contables o fiscales.
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