De forma exacta podemos exponer que la baja siniestralidad se refiere a que en una compañía existe una frecuencia muy reducida de siniestros por consecuencia del trabajo o con ocasión del mismo. ¿Cómo se sabe que es reducida dentro del sector de la empresa en cuestión? Básicamente para ello habrá que consultar los índices de siniestralidad general y siniestralidad extrema existentes. Índices donde se hace referencia a las incapacidades temporales derivadas de contingencias comunes, a los reconocimientos de incapacidad permanente, a los fallecimientos e incluso a las bajas laborales.
Así, siguiendo lo establecido en los citados índices se podrá certificar si hay baja siniestralidad, o no, en una entidad.
Es importante saber que a una empresa le interesa tener esa baja siniestralidad, por supuesto y fundamentalmente, por el bien de los trabajadores. No obstante, además, si la posee va a poder disfrutar de distintos incentivos que desde el Estado o desde la comunidad autónoma en cuestión se establecen. Así, por ejemplo, este año las compañías que tuvieron aquella y que, además, habían adoptado distintas medidas preventivas han podido solicitar hasta el 31 de mayo variados incentivos:
Las que cotizaron más de 5.000 euros por contingencias profesionales en los últimos cuatro años pudieron solicitar un 5 % de las mencionadas cotizaciones que habían realizado. Eso sí, debían cumplir otros requisitos tales como haber invertido en riesgos laborales, no haber sido sancionadas en materia de prevención o estar al día con la Seguridad Social. No obstante, también tenían que haber contado con sistemas y recursos preventivos propios, por ejemplo.
Las empresas que, por su parte, que no superaron los 5.000 euros pudieron pedir un incentivo de entre 250 a 500 euros, aproximadamente. Estas para poder disfrutar de esa ventaja por tener una baja siniestralidad debían contar con recursos preventivos, estar al día con la Seguridad Social, no haber sido sancionadas por motivos de seguridad laboral, haber invertido en riesgos laborales…
Como se puede apreciar es realmente beneficioso para cualquier compañía disponer de una baja siniestralidad. Lo es, sobre todo, por el bienestar de los empleados, pero eso no impide resaltar que, además, trae consigo poder disfrutar de ciertas ventajas a nivel económico. Ventajas en forma de incentivos.
En Cepresa asesoramos e informamos a todos nuestros clientes de este tipo de aspectos que, tal vez, puedan desconocer pero que van a beneficiarles en la gestión de sus empresas.
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