Quienes tienen un gran afán emprendedor y se marcan unos objetivos muy firmes y claros es habitual que, además, de poner en marcha sus propios negocios, luego quieran hacerlos crecer de manera contundente. Y eso pasa, entre otras muchas cosas, por proceder a realizar fusiones, a adquirir acciones en otras compañías, a absorber a otros negocios…
Para poder acometer cualquiera de esos procesos u otros similares se hace necesario estar muy seguro y decidido al tiempo que es imprescindible contar con la mayor información posible. De ahí que lo primero que se deba hacer es ponerse en manos de una consultora competente, con experiencia y profesional que pueda dar el mejor asesoramiento posible, como es la nuestra, Cepresa, que tiene su sede en El Plantío (Majadahonda).
De la misma manera, no podemos pasar por alto el hecho de que confiar en una entidad de ese tipo lo que va a permitir es también contar con material de primera mano que sirva para poder realizar cualquier paso como los citados. Y es que, entre otras muchas cosas, puede acometer lo que se conoce como valoración de empresa.
¿Qué es la valoración de una empresa?
Quizás no hayas oído nunca hablar de lo que es una valoración de empresa y tengas curiosidad por saberlo. Pues bien, podemos decir que se trata de un proyecto que consiste en estudiar a fondo las características, pasado y presente, gestión y demás señas de identidad de una citada compañía para así poder determinar los siguientes aspectos, entre otros muchos más:
El valor de liquidación.
El valor que posee en cuanto a una posible transmisión o incluso a la decisión de alguien para adquirirla.
Es decir, el objetivo de ese trabajo es conocer el valor real que tiene una compañía para, llegado el momento, poder negociar su compra o su venta, por ejemplo. Y eso supone que los profesionales que lleven a cabo el mencionado estudio deban analizar y averiguar aspectos tales como estos:
La situación económico-financiera que posee.
Cuáles son sus puntos fuertes en el mercado y cuáles se pueden calificar como sus desventajas o aspectos en los que flaquea con respecto a lo que son sus competidores.
Las potencialidades que posee en cuanto a futuro económico y también con respecto a su plantilla de trabajadores.
Cómo está funcionando en el mercado.
Qué características esenciales la definen, diferencian y le dan personalidad y estructura.
Métodos de valoración
Como habrás podido certificar llevar a cabo el estudio de lo que es la valoración de una empresa es una labor fundamental para poder acometer un sinfín de iniciativas y medidas con la misma. De ahí que deba realizarse por expertos en la materia que, entre otras muchas cosas, tengan muy claro cuál de los métodos existentes para conseguir descubrir ese valor es el más recomendable en cada momento.
Y es que son varios esos métodos:
Los que se sustentan en múltiplos de la cuenta de resultados. Bajo esta clasificación se encuentran todos los que para poder realizar la valoración más acertada y fiable de una compañía van a utilizar parámetros tales como la cifra de ventas que posee, los beneficios que es capaz de obtener o la capacidad productiva, por ejemplo.
Los que se basan en el descuento de flujos de fondos. Estos sistemas podemos decir que se han convertido en los favoritos de muchos profesionales en tanto en cuanto se considera que son los más rigurosos. En concreto, para poder dictaminar el valor de una compañía se centran especialmente en el presente de la misma respecto a la capacidad que tiene para generar beneficios y propiciar un futuro que se puede ver realmente interesante.
Los que giran en torno al balance. El valor contable, el de liquidación, el contable ajustado y el sustancial son fundamentalmente los pilares que sustentan los métodos de valoración de este tipo. Un tipo que viene a partir de la idea de que cualquier empresa tiene valor en relación a lo que es y significa desde un punto de vista patrimonial.
Los que se desarrollan tomando como eje central el fondo de comercio. Este tipo de métodos también podemos decir que responden al nombre de mixtos y se identifican porque averiguan el valor de la empresa a partir de lo que son los activos, que pueden ser tanto tangibles como intangibles. En concreto, quienes vayan a realizar la valoración mediante esta alternativa tendrán al alcance de su mano hacer uso de métodos tales como el anglosajón, el clásico, el simplificado, el indirecto o el de la tasa.
Si tienes dudas acerca de la valoración de tu empresa, si deseas hacerla a través de profesionales cualificados o si consideras que necesitas tener más información para decidirte a llevarla a cabo, no dudes en consultarnos.
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